¿Planeas mudarte al extranjero o ya eres un expat viviendo fuera de tu país?
Llévate estas 9 reflexiones en tu maleta; te inspirarán y te subirán el ánimo en momentos de añoranza o de bajón.
#1 No esperes a estar seguro al 100%
Ya sea una decisión que llevas meditando desde hace tiempo o algo que vas a hacer de un día para otro, por desgracia, nunca vas a estar seguro del todo.
El reto es enfrentarse a esas dudas y miedos y visualizarse ya en él lugar. No existe el momento perfecto, lo que cambia ese momento es nuestra ilusión y las ganas
#2 Todos tenemos días malos
Ya sea en tu casa o en la China siempre tendrás días mejores y peores. Habrán días que te plantees en dejarlo todo y volver, es normal.
Tendrás momentos de bajón y pensarás que porque no te quedaste en tu casa tranquilito. Recuerda todos los motivos que te llevaron hasta allí, puede ser por mejores oportunidades de trabajo, mejorar un idioma, cambiar de aires o encontrarte a ti mismo.
#3 Siempre puedes volver
Que te hayas ido no significa que tengas que quedarte allí el tiempo que tenías planeado. Puedes cambiar de opinión y si vuelves antes de lo planeado, tienes igual de mérito por haberlo intentando.
Te recomendamos que si te mudas y no sabes por cuánto tiempo exacto, no te suscribas a una cuota anual de acceso a un gimnasio o contrates un móvil con período mínimo, opta por las opciones más flexibles.
#4 Aprecia donde estas ahora mismo
El ser humano es inconformista por naturaleza y si estamos en un lugar, recordaremos que hace un año estábamos mejor y eramos más felices y dentro de un año, volverás a pensar más de lo mismo.
El momento y el lugar es ahora, no lo desaproveches.
#5 Disfruta de lo que tienes tu alcance
Frases como” en mi país se come mejor” o “en mi país hace mejor tiempo” aunque sea cierto puede llegar a molestar a los demás.
Cada lugar tiene cosas encantadoras con sus diferentes formas de vivir, sus hábitos y su cultura.
Seguro que ese lugar tiene algún plato típico que te encanta, un rincón que te transmite paz y felicidad o alguna actividad que te gusta hacer y que antes no podías hacer o no tenías esa facilidad.
Mantén una actitud positiva, busca lo mejor de cada sitio y vuélcalo en tu beneficio.
#6 No pierdes las amistades anteriores y ganas nuevas
No nos vamos a engañar, sí que puedes perder un poco más el contacto debido a la distancia pero las buenas amistades perduran. Además, conocerás gente nueva y puedes ganar otros buenos amigos.
Imagina lo bueno que sería tener amigos en varias partes del mundo y poder visitarlos para que te enseñen sus ciudades o reencontrarte con ellos de viaje en un futuro.
#7 Tu familia también siempre va a estar contigo
Aunque sea una obviedad nunca está de más recordarlo. Además, seguro que a la vuelta, tu madre te va a preparar esa comida que tanto te gusta y te tratarán como a un rey, además de lo orgullosos que se sentirán de ti (aunque no te lo digan directamente).
Si nunca te vas, no podrás apreciar aún más tus raíces y una familia que te apoya.
#8 Mejorar el idioma
Esto siempre es un plus si vas a otro país con la misión de mejorar un idioma. Las tareas diarias como hacer la compra, leer las etiquetas, moverte en transporte público y tener que hacer trámites y papeleos te forzará a practicar ese idioma que tanto te cuesta.
Escuchar a gente por la calle o tener que leer todo en ese idioma hará que tu subconsciente guarde esa información, incluso, aunque no lo experimentes de forma directa.
#9 Más culto y tolerante
Viajar y vivir en un país diferente al tuyo te abrirá la mente a cosas nuevas y a verlo todo desde otro punto de vista.
Además, aprenderás a valorar otras culturas, no sólo la del propio país donde vives, sino también de otras nacionalidades de personas que irás conociendo y que te enriquecerán.
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